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Dependiendo de tus ganas, tus necesidades y tu presupuesto tenés distintas opciones y nosotros te las contamos acá:

Hágalo usted mismo:

Vos te ocupas todas las contrataciones: distintos especialistas por separado y coordinar su trabajo (pintor, albañil, carpintero, etc), además de gestionar la compra y logística de los materiales. Básicamente tenés el papel de Arquitecto con rol de Director de obra. También el rol de compras, administración, contratación y seguimiento de la obra. 

Si todo sale perfecto y poniendo mucha dedicación, puede llegar a ser más económico al no contar con la intervención de un profesional o una constructora. Y, por otro lado, se puede ir haciendo en etapas y a tu ritmo. 

Peeeero este proceso puede ser mucho más complejo de lo que uno presupone. El no incluir a un profesional especializado puede llevar a un mayor costo de ejecución, una estética inferior y a una calidad constructiva no recomendada. En definitiva, el resultado final puede no ser lo que esperabas.

Contratistas:

Generalmente, funciona con un sistema de coste y costas. Vas comprando todos los insumos, materiales y un valor preestablecido por Mano de Obra y Dirección.

Lo bueno es que administrás tu dinero y tenés control sobre el mismo en cada momento. Podés hacerlo por etapas.

Pero por otro lado, si no tenés experiencia, probablemente pagues mas caro, consumas mucho tiempo de gestión y administración de obra y no tengas claridad respecto de cuánto podés gastar al final de la obra. Sabes donde inicia, pero no donde termina.

Casas prefabricadas:

Consiste en comprar una vivienda prediseñada ejecutada parcialmente en fábrica para luego ser ensamblada por partes en tu terreno. Habitualmente se ejecuta la estructura en fábrica y todas las terminaciones en el mismo terreno.

Generalmente son más económicas y ofrecen una oportunidad de financiación.Puede como no puede acortar el plazo de ejecución.

Lo malo, es que tiene  poca versatilidad de diseño y co-creación. Estás más limitados a los diseños que tenga la fábrica. 

Casa de módulos y containers:

Consiste en adquirir una vivienda prediseñada ejecutada 100% en fábrica y transportada por partes o completa hacia tu terreno.

Lo bueno es que el proceso de obra que vas a vivir es muy poco. Se parece más a la compra de un producto. Decidís, pagás y esperás que te llegue. Al construirse en fábrica se puede instalar en lugares alejados o donde es difícil de construir.

Pero pasa lo mismo que en las prefabricadas: tiene poca flexibilidad en el diseño. Además, el valor por M2 suele ser superior al de ejecución in-situ.

Casa llave en mano: 

En este sistema (el nuestro 🙂) se define previamente un conjunto de materiales y trabajos incluidos con detalle y definición, por un valor fijo pre-acordado. 

Empezás sabiendo cuanto te va a salir tu casa y cuando la vas a tener. Obviamente no te ocupás de nada y tenés claro desde el inicio cuánto vas a gastar.

Lo que sí, requiere de mayores definiciones y decisiones previo al inicio de la obra y firma del contrato. Tenés que contar con todo el presupuesto para arrancar, al ya tener todo cerrado desde el principio.